Lo que todavía nos falta a las mujeres aprender es que nadie te da poder. Simplemente lo tienes que tomar tú.
Roseanne Barr.








viernes, 11 de abril de 2014

Las peregrinaciones de Flora Tristán




La vida de la feminista peruana estuvo marcada por la pobreza y los malos tratos


La vida de Flora Tristán (París, 1803-Burdeos, 1844) es la de una mujer valiente y  perseguida. A través de sus experiencias y sus viajes en busca de identidad propia impacta con los problemas de la mujer y la clase trabajadora. Como consecuencia, se convierte en una activista cuya obra es precursora del marxismo y clave para el feminismo moderno.

La odisea personal de Flora comienza desde el mismo día de su nacimiento, el 7 de abril de 1803, en la Francia napoleónica. De madre francesa y padre peruano (en concreto de Arequipa, la segunda ciudad más importante del país), pertenecía a una familia con dinero y buenas relaciones sociales, pero la muerte repentina de Mariano Tristán, un coronel caído en combate, deja a su madre, Anne Laisney, su hermano y ella (con cuatro años) en la pobreza.

"Murió súbitamente, sin haber regularizado su matrimonio y sin haber pensado en darle validez legal mediante disposiciones testamentarias". ('Peregrinaciones de una paria')

Recuperar sus derechos como heredera se convertiría años más tarde en una de sus determinaciones, viajando a Perú en barco en 1833 para encontrarse con la familia paterna y reclamar sus bienes. Toda una aventura personal e intelectual que retrata en su libro 'Peregrinaciones de una paria', el más importante de su trayectoria junto a 'Unión Obrera' (1843).

Matrimonio forzado

La nueva situación económica de su madre, con apenas recursos para educarles, hizo que abandonasen su mansión de Vaugirard y se trasladasen al campo, ya que el estado francés no les reconocía ningún derecho. Allí viven hasta que muere su hermano, cuando Flora tiene 15 años.

De vuelta a París, madre e hija se alojan en uno de los barrios más humildes de la capital francesa, cerca de Place Maubert, y Flora comienza a trabajar en un taller de litografía, propiedad de André Chazal, el maltratador que la perseguirá durante 13 años de su vida. Chazal, obsesionado con ella, le propone matrimonio, y presionada por su madre como una salida de su situación de necesidad, Flora Tristán acepta y la boda se celebra en febrero de 1821.


Durante esta nueva etapa, Flora descubre el feminismo leyendo 'Vindicaciones de los derechos de la mujer' de Mary Wollstonecraft mientras espera el nacimiento de sus dos hijos y su hija Aline, que será años más tarde la madre del pintor Paul Gauguin. Precisamente cuando estaba embarazada de Aline, en 1825, Flora huye de casa ya que su marido la maltrataba física y psicológicamente. Desde ese momento, el derecho al divorcio de la mujer se convierte en una prioridad para ella:
"Al separarme de mi marido renuncié a su nombre y volví a tomar el de mi padre. Bien acogida en todas partes como viuda o como soltera, siempre era rechazada cuando la verdad llegaba a ser descubierta. Joven, atractiva y gozando en apariencia de una sombra de independencia, eran causas suficientes para envenenar las conversaciones y para que me repudiase una sociedad que soporta el peso de las cadenas que se ha forjado, y que no perdona a ninguno de sus miembros que trate de librarse de ellas". ('Peregrinaciones de una paria').

Conciencia de 'paria'

Más allá de los prejuicios sociales parisinos, separarse de Chazal marcó el inicio de una batalla legal por la custodia de los hijos. Flora se traslada a Inglaterra donde se emplea como criada y se convierte en una 'paria', escapando de país en país y trabajando de lo que puede (doncella, traductora, niñera,...) para sacar adelante a su familia. Pero su primer hijo muere y las agresiones de su ex marido continúan, una de ellas en medio de la calle.

"Las persecuciones de M. Chazal me habían obligado, en distintas ocasiones a dejar París. Cuando mi hijo cumplió ocho años insistió en tenerlo a su lado y con esta condición me ofreció dejarme en paz. Cansada de tan larga lucha y no pudiendo resistir más, consentí en entregarle a mi hijo vertiendo lágrimas por el porvenir de ese niño; más apenas pasados unos meses después del arreglo, mi marido empezó a atormentarme y quiso también quitarme a mi hija, porque se dio cuenta de que me sentía feliz al tenerla cerca de mí". ('Peregrinaciones de una paria').

Flora Tristán huye por sexta vez de París para proteger a su hija, se esconde bajo nombres falsos y vive bajo amenazas constantes. En 1833 deja a la niña a cargo de una mujer de confianza, en una pensión de París, para poder viajar a Perú a reclamar sus bienes legítimos.

Tan solo logrará librarse de Chazal cuando consigue que en 1838 se apruebe su separación. Chazal reacciona violentamente, le dispara y es detenido y condenado a 20 años de trabajos forzados.  Esa bala, que casi la mata y que se quedó instalada en su pecho izquierdo, fue el precio de su libertad.

Revolución y proletariado

Flora Tristán retoma contacto con su familia paterna en Perú a través de la visita de un pariente a París y por medio de cartas. En 1833 se embarca durante cuatro meses y medio en el buque El Mexicano, rumbo a Perú, siendo la única mujer a bordo.


En Arequipa, la acogida es buena pero su tío Pío de Tristán le informa de que no tiene derecho a ni un céntimo de la herencia de su padre. Solo consigue una pequeña pensión mensual y pasa por una fuerte depresión. Esta estancia en el país americano es fundamental en su pensamiento, ya que vive en primera persona las profundas desigualdades sociales durante la Guerra Civil peruana.

"Vine a buscar un lugar legítimo en el seno de una familia y de una nación... Pero tras ocho meses de ser tratada como una extraña en la casa de mis tíos era evidente que no había ganado ningún estatus dentro de mi familia paterna". ('Peregrinaciones de una paria')

De vuelta a Europa, en 1835, Flora inicia su carrera como escritora y publica su breve ensayo 'De la necesidad de dar buena acogida a las mujeres extranjeras'. También inicia la redacción de sus memorias, 'Peregrinaciones de una paria'.

En Londres, consigue entrar en la Cámara de los Lores disfrazada de hombre, conoce de primera mano la situación de las fábricas y los barrios obreros y, en 1841, se une a Pauline Roland y otras mujeres progresistas que enriquecen su feminismo. Fruto de este debate,  formula las tesis de su obra clave: 'Unión obrera', de 1843, escrita cuatro años antes del 'Manifiesto comunista' de Marx y Engels.

Muere de tifus el 14 de noviembre de 1844 en Burdeos, Francia, a los 41 años. Se despide rodeada de seguidores que abren una suscripción popular para hacerle un monumento. Flora Tristán deja una obra inacabada, 'La emancipación de la mujer', que se publica de forma póstuma en 1846.

Fuente: 'La vida escrita por las mujeres'. Volumen II: 'La pluma como espada'. (Coordinadora: Anna Caballé. Editorial Círculo de Lectores). 'Peregrinaciones de una paria', Flora Tristán, 1838.

jueves, 3 de abril de 2014

El abuso emocional

¿Qué es el abuso emocional?

El abuso psicológico o emocional involucra cualquier comportamiento, verbal o no verbal, que impacta negativamente sobre el bienestar emotivo o psicológico de otra persona.

Al igual que cualquier tipo de abuso, el abuso emocional es una forma de violencia y agresión. Además, es un proceso constante que, con el tiempo, deteriora nuestra autoestima e imagen personal.

¿Con qué frecuencia ocurre?

Se dan casos de abuso psicológico/emocional en matrimonios, parejas íntimas, padres e hijos, hacia los ancianos, y por lo general, donde exista una diferencia de poder.



Asimismo, el abuso emocional puede ocurrir en distintos ámbitos: en la familia, entre amigos, en una relación de pareja, en la escuela, en el trabajo, en un grupo social, o religioso, político, deportivo, etc.

¿Cómo puedo identificar si me está ocurriendo a mí?

La persona que abusa de ti puede:
  • Ignorar frecuentemente tus sentimientos.
  • Te ridiculiza en lo que más valoras, como en tus creencias, sexo, sexualidad, habilidades, edad, apariencias, u orientación sexual.
  • Te ridiculiza o insulta por tu religión, raza, familia, clase social, o idioma.
  • Se abstiene de aprobar lo que haces, mostrar aprecio, o afecto.
  • Constantemente te critica, te insulta, y te grita.
  • Te humilla en privado o en público.
  • Se niega a socializar contigo.
  • No te permite trabajar, controla el dinero, y toma todas las decisiones.
  • Intenta evitar que veas o hables con familiares y amistades.
  • Frecuentemente te amenaza con marcharse o te dice que te marches.
  • Te manipula con mentiras y contradicciones.
  • Se comporta de manera amenazadora.
  • Utiliza expresiones faciales y/o posturas corporales para intimidarte.
  • Te acusa de infidelidad.
  • Utiliza un lenguaje repleto de referencias sexuales.
  • Abusa verbalmente de los niños, o niñas o mascotas del hogar.


Como respuesta a esto, puedes sentirte:
  • Inservible.
  • Dependiente del abusador.
  • Confundida.
  • Triste.
  • Enfadada.
  • Aislada.
  • Sin control de tu propia vida.

¿Cuáles pueden ser algunas de las causas?

Una persona puede abusar de otra para reclamar control. Es posible que ellos mismos se sientan enfadados e impotentes por lo que su cólera es redirigido a alguien cercano o con menor poder sobre ellos, así como sobre miembros familiares. En ocasiones fueron abusados en la niñez, aunque no siempre por ello se convierten en abusadores. También puede ser el resultado de roles tradicionales varón-hembra, donde las mujeres son percibidas como propiedades y primeramente deben obedecer a sus padres, y más adelante a sus parejas. Si también hay abuso físico o sexual, entonces el abuso emocional obligatoriamente también hay abuso emocional. En algunos países el abuso psicológico/emocional puede ser considerado como un crimen de violencia.


Ciclo del abuso
 
Por lo general, el abuso emocional es un proceso en el que se distinguen tres etapas principales: 



1) La acumulación de tensiones. Se suman diversos factores de estrés que se van acumulando paulatinamente hasta que cualquier incidente menor actúa como detonador y se produce el incidente de abuso mayor. 

2) Incidente de abuso principal. En esta etapa es cuando el abusador agrede a la víctima. El nivel de agresión puede tener distintos niveles de intensidad, puede ser algo como un gesto de desaprobación hasta un insulto u otra agresión verbal. Puede ocurrir en privado o en público. Puede generar una discusión o atemorizar a la víctima. La víctima suele sentirse descalificada y, muchas veces, también se siente amenazada o intimidada. 

3) La luna de miel: Una vez liberada la tensión acumulada a través del incidente de abuso emocional, el abusador y la víctima "hacen las paces" y todo vuelve a la "normalidad". En esta etapa pueden pasar algunas de las siguientes cosas: La víctima justifica al abusador, la víctima perdona al abusador, o le ruega que reanuden su relación, el abusador pide disculpas y promete que no volverá a ocurrir, etc. 

El ciclo se perpetúa indefinidamente mientras la víctima (y/o el abusador) no le pongan fin a ese modo inadecuado de relacionarse entre sí. La tercera etapa del ciclo es, quizás, la más peligrosa, ya que las víctimas suelen creer que el abusador cambiará y que relamente, el abuso no volverá a ocurrir.



¿Cómo puedo enfrentarme al maltrato psicológico/emocional?

  • Si no estás segura de estar siendo abusada, háblalo con amigos o familiares que consideres que son de ayuda emocional y de quien confíes plenamente.
  • Recuerda que como muy posiblemente te sientes dependiente del abusador, puede que te incomoden y tiendas a perder confianza en las personas que intentan ayudarte.
  • Recuérdate a ti misma que tienes derecho a una vida libre de abuso.
  • Intenta darte mensajes positivos, que te den fuerza, como por ejemplo “soy una buena persona, y merezco ser tratada como tal”.
  • Participa en actividades de las que puedas disfrutar, que te animen y fortalezcan.
  • Pregúntate a ti misma qué le dirías a una amiga que pasase por la misma situación.
  • Si dependes de la economía de tu abusador, intenta conseguir un trabajo. Puede que incluso debas considerar crear una cuenta bancaria por separado y ahorrar dinero por si el abuso crece de más.
  • Siempre ten preparado números de teléfono y dinero ahorrado por si debes marchar repentinamente.

¿Cómo saber si necesito ayuda?

Puedes necesitar ayuda si:
  • Dudas de tu propio juicio o te preguntas si estás loca.
  • Tienes miedo de tu pareja y expresas tus opiniones con menor frecuencia, y menor libertad.
  • Tienes miedo de los demás, y tiendes a verlos con menor frecuencia.
  • Te tomas tu tiempo para evaluar cuidadosamente los estados de ánimo de tu pareja antes de tratar un tema.
  • Tienes que tener mucho cuidado cuando estás con otra gente, y tiendes a estar hipervigilante durante su presencia.
  • Pides permiso para gastar dinero, tomar clases, o para salir con amigos.
  • Has perdido confianza en tus habilidades, te vuelves depresiva, te sientes atrapada e impotente.
  • Descubres que tus hijos están siendo negativamente afectados por el abuso. Por ejemplo, se aislan, vuelven agresivos, tienen pesadillas, o les va mal en el colegio.
Tomado, traducido y adaptado de The Counselling and Learning Skills Service, Emotional/Psychological Abuse y otras fuentes.

viernes, 29 de noviembre de 2013

¡Di NO a la violencia contra las mujeres, únete!

En el Ecuador, los datos que obtuvo el INEC a fines de 2011 como resultados de la Encuesta Nacional de Relaciones Familiares y Violencia de Género   revelan las dimensiones del problema que afecta a las mujeres en todos los niveles de educación, ingresos,  autoidentificación étnica y en las zonas urbanas y rurales. Seis de cada 10 mujeres han vivido algún tipo de violencia de género; la de mayor incidencia es la psicológica, que afecta al 53,9%;  le siguen la violencia física, el 38% ; la patrimonial, el 35,3%, y la sexual, el 25,7%. En todos los niveles de instrucción, la violencia de género sobrepasa el 50%, aunque en grupos de mujeres con menor instrucción llega al 70%.  



sábado, 23 de noviembre de 2013

Dile No a la Violencia contra las Mujeres y Niñas




En los inicios del siglo XXI la violencia contra las mujeres sigue manifestándose activamente en cualquier lugar del mundo. Mujeres y niñas, en cualquier escenario geográfico, cultural o económico, están en riesgo de ser objeto de algún acto de violencia por su pertenencia al sexo femenino, y de ellas, una de cada tres sufrirá alguno a lo largo de su vida. Humillaciones, golpes, abusos sexuales, prostitución forzada, mutilaciones sexuales, acosos, violaciones, maltratos y asesinatos, son diferentes manifestaciones de la violencia más global y más local: la violencia basada en el género.

La violencia que padecen las mujeres no debe ser interpretada como la expresión de un conflicto privado propio de las relaciones de pareja, sino como un grave problema público, puesto que constituye un atentado contra los derechos humanos y los valores que legitiman el sistema democrático. En este sentido, no podemos entender los abusos como hechos aislados sino que hemos de analizarlos en el contexto social e ideológico en el que se originan y desenvuelven, un contexto social de discriminación y subordinación de las mujeres, que se materializa por ejemplo: en la estructura tradicionalmente jerárquica del matrimonio y la familia; en la división sexual del trabajo y en la precariedad laboral femenina; en la devaluación de las relaciones afectivas y del cuidado adscritas a la feminidad (como el cuidado de menores, personas mayores y enfermas, que asumen fundamentalmente las mujeres); o en la doble moral sexual para mujeres y hombres, etc.

Si los prejuicios sexistas y la desigualdad forman parte de la organización social en la que se desenvuelven nuestras vidas, la violencia que sufren las mujeres puede ser calificada como estructural, en tanto que se inscribe en la propia sociedad, es decir, en las relaciones sociales mismas.

Por otra parte, ya hemos anticipado que esta violencia se remite al modo en que la cultura ha interpretado y construido las diferencias que existen entre el hombre y la mujer, por lo que podemos definirla como “violencia de género”. Pero, ¿a qué nos referimos exactamente con el término género?. El género es el proceso de socialización (o aprendizaje social) por el que cada persona interioriza las pautas de comportamiento y las expectativas que se consideran propias de su sexo: hombre o mujer. Esta terminología puede resultarnos más fácil de entender si utilizamos un ejemplo: En la infancia, cuando se anima a niñas y niños a divertirse con juguetes diferentes “adecuados a su sexo” (muñecas o equipos de maquillaje para ellas, frente a coches o balones para ellos), se propicia que desarrollen habilidades distintas en función de su sexo (por ejemplo la empatía a la competitividad). Es decir, se va más allá de sus diferencias sexuales (anatómicas, biológicas, cromosómicas, etc.) con el objetivo de que respondan progresivamente a un modelo de feminidad o masculinidad, que ha sido definido en una cultura y un momento histórico concreto. A ese modelo nos referimos al hablar de género, por lo que género y sexo se refieren a realidades distintas.

La historicidad del sistema de género, es decir, el hecho de que evolucione a lo largo del tiempo o que varíe en culturas distintas, se convierte en una garantía para su transformación puesto que no es esencial a la naturaleza humana. Por ejemplo, hace años, se consideraba “afeminado” al varón que se ponía mechas en el pelo; y  “masculina” a la mujer que vestía con pantalones; estas convenciones sociales nos resultan hoy día, ridículas.

La revisión crítica de los prejuicios sexistas constituye el paso previo para desecharlos, esa revisión crítica es inherente a la categoría analítica del género, por eso el enfoque de género se exige como un instrumento imprescindible para analizar la violencia que padecen las mujeres. Si se considera, por ejemplo, que las actitudes posesivas y autoritarias de algunos hombres son inherentes a su condición masculina (lo que se explicita en falsas generalizaciones como “todos los hombres son posesivos por naturaleza”) dichas actitudes no se censurarán convenientemente ni serán objeto de prevención por parte de las mujeres. Se presumirá que son normales en cualquier varón, que son inherentes a su sexo y que por lo tanto, no puede esperarse de ellos un comportamiento distinto.

Las creencias estereotipadas sobre lo que se considera propio de las mujeres o de los hombres reflejan además, la falta de simetría existente en los juicios sociales sobre violencia de género, ya que a las mujeres se las  responsabiliza del éxito o del fracaso de la relación afectiva, así como de no haber reaccionado a tiempo ante los abusos y agresiones; mientras que se consiente a los hombres comportamientos que deberían suscitar el rechazo y la indignación de toda la sociedad. De este modo, se incrementa sutilmente la desprotección de las mujeres maltratadas, que deben enfrentarse a un juicio social paralelo en el que son culpables de mentir, provocar la agresión, consentirla, etc., hasta que no se demuestre lo contrario.

La perspectiva de género nos permite, en definitiva, valorar todos estos aspectos, desterrar las creencias estereotipadas y obsoletas vigentes en la sociedad, establecer un nexo de unión entre las diversas formas de violencia que sufren las mujeres, y plantear modelos más constructivos para la vida de todas las personas.

La violencia contra las mujeres es un grave problema que afecta al Ecuador. Según la Encuesta Demográfica y de Salud Materna e Infantil –ENDEMAIN 2004 (CEPAR, 2005), el 41% de las mujeres alguna vez casadas o unidas entre 15 y 49 años reportó haber recibido maltratos verbales o psicológicos; el 31% violencia física; y, el 12% violencia sexual por parte de alguna pareja o ex-pareja. Asimismo, el marido o compañero actual fue nombrado como el responsable de la violencia en alrededor de 80% de casos. En toda la vida, el 14% de mujeres reportó violencia verbal, el 17 % verbal y física, y el 9% verbal, física y sexual. En total, el 46% de mujeres alguna vez casadas o unidas sufrieron por lo menos uno de los tres tipos de violencia.

Es preciso hacer frente a esta lacra social desde el esfuerzo colectivo. Como sociedad democrática, debemos detectarla, visibilizarla, ofrecer protección y reparación a las víctimas, penalizar legal y socialmente a los culpables. Debemos poner las bases para su erradicación, fomentando la educación para la igualdad y el respeto mutuo entre los sexos, generando una nueva cultura de igualdad y corresponsabilidad entre los sexos.

Es nuestra responsabilidad colectiva e individual. Podemos hacer nuestras las palabras de Kofi Annan, Secretario General de la ONU, pronunciadas con ocasión del Día Internacional para la eliminación de la violencia contra las mujeres, el 25 de noviembre de 2000: “Recordemos hoy que la acción para eliminar la violencia contra las mujeres es responsabilidad de todos nosotros: la familia de las Naciones Unidas, los Estados afiliados, la sociedad civil y cada hombre y mujer. Este día nos brinda la oportunidad de comenzar a construir un nuevo Milenio libre de violencia contra las mujeres y las niñas; una era en la cual la humanidad entera sabe que, en lo que se refiere a la violencia contra las mujeres y las niñas, no hay bases para la tolerancia ni existen excusas tolerables”.


viernes, 25 de octubre de 2013

Secretos del Yasuní: Resistencia




Patricia Gualinga es dirigente de Sarayacu. El caso de su pueblo y la sentencia favorable en la Corte Interamericana de DDHH, deberían ser el principal referente legal para explotar territorios indígenas en el Yasuní. Desafortunadamente, el Estado ecuatoriano sistemáticamente ha ignorado este caso para dar paso a la explotación de los bloque 31 e ITT en el parque. Esto ha generado la resistencia de muchas dirigentes y mujeres de distintas nacionalidades amazónicas.

domingo, 22 de septiembre de 2013

Carta Abierta a Gabriela Rivadeneira, Presidenta de la Asamblea Nacional del Ecuador

Por: María Belén Moncayo 

Quito, 21 de septiembre de 2013

Señora
Gabriela Rivadeniera
Presidenta de la Asamblea Nacional del Ecuador
Virtualmente presente.-

Presidenta, por medio de esta carta quiero expresarle mi sentimiento de dolor e indignación por la contradicción entre su prometer, su decir y su hacer.

En la imagen de portada de su página de la red social Facebook, podemos leer una frase firmada por usted: “…algunas transnacionales son inmisericordes con los pueblos y la única manera de contrarestar su poderío es a través del fortalecimiento de Estados democráticos e instancias internacionales efectivas”.

Mi indignación no es precisamente porque a la palabra “contrarrestar” le haya quitado una r. No estoy aquí para esgrimir argumentos baratos como que usted por ser “solamente” Bachiller adolece de una ortografía prolija. Me conformo (y creo con esto expresar el sentir de muchas y muchos ecuatorianas y ecuatorianos) con que sepa qué es realmente el feminismo contemporáneo y lo practique de palabra y de obra, aunque lo escriba de manera incorrecta.

Tampoco me hago presente con esta carta para reducir su circunstancia biológica femenina a la coherencia feminista. Lo que persigo con este documento es invitarla a ser consecuente con el hecho de que, por el poder que su cargo encierra, constituye simbólicamente una voz representante de las mujeres ecuatorianas.
Resulta indignante su proceder contradictorio en muchos aspectos que atañen a la vida de las mujeres del país y al Ecuador en su totalidad; lo cual resumiré en tres puntos:

1. En su discurso de posesión como Presidenta de la Asamblea Nacional del Ecuador, hizo alusión a varios nombres de mujeres relevantes de la historia ecuatoriana. Mujeres muertas, mujeres quienes hoy por hoy son un simple recuerdo, una referencia textual. Si esas mujeres vivirían en el Ecuador contemporáneo no dudarían un minuto en sacarla de su sillón presidencial por el repudio que sentirían al ver la sangre y las lágrimas derramadas por las mujeres que defienden los derechos de la naturaleza y que han sido agredidas con balas de goma, con whisky, con gases, con toletes y con perros por la fuerza bruta de hombres y mujeres a quienes pagamos para proteger nuestra integridad moral y física.



2. A estas alturas es evidente que su mención de hombres y mujeres de proceder libertario en sus discursos es un gesto completamente vaciado de sentido. Si su sentir feminista fuese incuestionable, este es el momento en que lejos de permitir que la Asamblea declare interés nacional la explotación de los campos de Yasuní ITT y de aplaudir el uso de la fuerza con la que el gobierno pretende tomar por asalto las minas de Intag; deberíamos estar escuchando de su parte un pronunciamiento ecofeminista y viéndola abrazada a un árbol hasta las últimas consecuencias. No lo hace porque seguro desconoce que en 1730, en la India, por iniciativa de Amrita Devi, toda la comunidad bishnoi se dejó matar antes que permitir que los hombres de las “transnacionales” de aquella época talasen los árboles de sus bosques. Seguro desconoce también que el Movimiento Chipko, de mujeres, en 1974, en los Himalayas, realizó el mismo gesto para impedir similar atrocidad. Así, podría mencionar una infinidad de organizaciones ecofeministas de toda índole que en el mundo, ayer y hoy, luchan de manera valiente por erradicar el sistema patriarcal y capitalista que es el principal responsable de la devastación del ecosistema y de la biodiversidad.

Amerita en este punto ponerle en conocimiento de algo que desconoce: “La mayoría de variantes del ecofeminismo coinciden en ver una relación íntima entre la subordinación de las mujeres y la destrucción de la naturaleza.

Según ellas, el problema ecológico no se origina solamente a partir de los excesos antropocéntricos de la especie humana en relación a la naturaleza. Este antropocentrismo es en realidad androcentrismo, es decir, un modelo cultural en el que se imponen las visiones masculinas sobre las femeninas, consideradas inferiores, ignoradas e incluso invisibilizadas. La explotación de la naturaleza y la explotación de la mujer se conectan entonces mediante una forma de ver la realidad y un conjunto de prácticas: el sistema patriarcal.” (http://introduccion-al-ecofeminismo.blogspot.com/).

Como activista ambiental rechazo categóricamente su predicamento de que la bandera verde le pertenezca a Alianza País, como símbolo de respeto hacia la Pachamama. A usted y a sus compañeras/os de militancia solamente les pertenece la bandera que se sumerge y se tiñe con el agua de los ríos contaminados. Por el contrario, es una vergüenza que luzca blusas bordadas por mujeres indígenas que han labrado con sus manos la tierra que usted destruye; una tierra donde plantaron las flores de cuyos extractos se colorizan los hilos que arropan su cuerpo.

3. Considerando todo lo anteriormente citado, es así mismo indignante; y ahí si apelo además a su biología femenina, que por sus manos hayan pasado los debates sobre la soberanía del cuerpo de las mujeres ecuatorianas con mucha pena y sin gloria alguna. Es inconcebible que usted, quien no alcanza los 30 años de edad, no tenga la capacidad de convertir las cifras de violencia sobre los cuerpos femininos y feminizados de este país en planes de contigencia radicales para exterminarla. Es irresponsable su impavidez ante las decisiones del Código Penal sobre las posibilidades de aborto legal en el país. ¡Cuántas veces no le dijeron loca a Manuela Sáenz, con cuyo nombre usted llena su boca! Siendo consecuente con su política pública, misógina y de tutela patriarcal sobre los cuerpos de las mujeres, si Manuela estuviese viva debería meterla en la cárcel pues vaya que debe haber abortado unas cuantas veces.

Por lo tanto su frase célebre, inscrita en su portada Facebook no se sostiene en absoluto, por el contrario se deconstuye consecuentemente de la siguiente manera: “…algunas asambleístas son inmisericordes con los pueblos y la única manera de contrarrestar su poderío es a través de la anulación del Decreto Ejecutivo 16, del respeto a la autonomía de los grupos de la sociedad civil y de la observación de todos los códigos universales de derechos humanos y de la naturaleza.”

Para terminar diré que su autonomía de mujer, de ser humano, de Presidenta de la Asamblea, de joven líder ha sido pisoteada con su venia. Lo que usted ha hecho es tranzar al pueblo como el elector que la sentó en la silla de la Asamblea por el único amo y señor a quien asume como su elector: Rafael Correa D

Buscar